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Cómo hacer un buen presupuesto como autónomo
Hablemos sobre tu presupuesto para los próximos meses.
No, no mires a otro lado. Hablo contigo. Tienes un presupuesto, ¿no? Y si no lo tienes, deberías tenerlo. Lo sé, sé que hacer un presupuesto no es una tarea precisamente divertida, pero te prometo que sus ventajas son muchas y muy variadas.
Aunque no lo creas, el peor enemigo que puedes tener al hacer un presupuesto eres tú mismo. ¿Por qué? Porque mientras es relativamente sencillo conocer cuáles serán tus ingresos a corto y medio plazo, no sucede lo mismo con los gastos. Es más, como autónomo no tienes a nadie que te diga en qué y cuándo puedes gastar tu dinero, y si te descuidas puedes que te encuentres sin un euro en el bolsillo cuando menos lo esperes.
Para ayudarte a hacer un buen presupuesto de una forma sencilla y eficiente, aquí tiene 10 consejos que espero que te sean de ayuda.
1. Comienza estableciendo unos objetivos
El mejor presupuesto es un presupuesto con un propósito claro. ¿Cuáles son tus objetivos financieros? ¿Por qué razón estás trabajando?
Bien sea porque quieres ahorrar para comprarte una casa, o un televisor que ocupe toda la pared del salón, o simplemente porque quieres tener un colchón de dinero para tomarte unas semanas libres, poner tus objetivos sobre papel te ayudará a hacerlos realidad. Desde el preciso momento en el que tengas claro para qué quieres hacer un presupuesto, ya puedes sentarte y ponerte manos a la obra.
2. Dedícale tiempo
No voy a engañarte: sentarse a trabajar en un presupuesto puede ser algo muy aburrido. Pero la buena noticia es que si lo haces bien y te lo tomas en serio, no tendrás que dedicarle mucho tiempo.
No empieces a buscar excusas. Apenas necesitas dedicarle media hora (o menos) al comienzo de cada mes. Ese pequeño esfuerzo te permitirá ahorrar mucho tiempo — ¡y dinero! — a largo plazo.
Así que coge lápiz y papel, o invierte en algún programa de gestión de presupuesto, y pongámonos manos a la obra.
3. Recorta…
Hablemos de «grasa». De todos esos gastos inútiles que, por una u otra razón, han entrado en tu vida y no aportan absolutamente nada.
Ya sabes, me refiero a esa suscripción al gimnasio que solo usaste un par de veces. O a esa enésima comida fuera de casa. O a ese móvil de última generación que lleva impresas la palabra «CAPRICHO».
Es hora de pensar en lo que necesito y no en lo que quiero. Sé honesto contigo mismo y pregúntate: ¿realmente necesito esto para vivir?
La mayoría de los expertos te dirán que la clave de un buen presupuesto está en los ahorros.
Como autónomos, sabemos que ahorrar no siempre es sencillo. Para ahorrar, necesitamos tener dinero que ahorrar. Y para tener dinero que ahorrar, tendremos que prescindir de algunos esos lujos innecesarios que nos permitimos de vez en cuando.
4. … pero no hace falta que recortes todo
Tampoco es cuestión de llevar una vida espartana.
Una de las principales razones por las me hice autónomo fue para poder tener más libertad, no menos. Y supongo que en eso coincidimos.
Un parte importante del éxito de un buen presupuesto es saber en qué vamos a gastar exactamente nuestros ingresos.
Antiguamente, había personas que usaban sobres para gestionar sus ingresos en diferentes tipos de gastos: facturas, comida, emergencias… y diversión. Sí, diversión.
El sobre de la diversión es FUNDAMENTAL. Si no reservas cada mes un poco de tu dinero para gastarlo en tu tiempo libre, es muy probable que acabes perdiendo tu motivación. Y tu salud mental. Y lo siguiente será dejar de hacer presupuestos. Y de trabajar.
5. Controla tus ingresos y tus gastos
Si no sabes cuánto dinero tienes, y cuánto dinero estás gastando, es imposible hacer ningún presupuesto. Así de simple.
Lleva un control tanto del dinero que entra en tu negocio, como del dinero que sale. Si no lo estás haciendo, empieza ahora. Quizás necesites un mes o dos de vida «normal», mientras registras cada movimiento de tu dinero, antes de dar el salto y analizar tus necesidades presupuestarias.
Es muy complicado hacer cambios si no conoces exactamente lo que necesita ser cambiado.
6. Haz planes para lo imprevisible
Las cosas, pasan.
Y no me refiero solamente a una emergencia médica o un desastre natural. Hablo de esos inevitables periodos de sequía laboral que los autónomos debemos tener siempre presente.
Para cubrirte las espaldas ante cualquier imprevisto, no hay nada más sabio que reservar cada mes una pequeña cantidad de tus ingresos en un fondo para emergencias, que solo tocarás cuando realmente lo necesites.
Y no, comprar un nuevo móvil no es una emergencia.
7. Gestiona tus facturas
Sin ingresos, no tendrás nada que presupuestar. Por eso es muy importante que gestiones bien tu facturación.
Personalmente, me gusta facturar a mis clientes a principios de mes. De esta manera sé por anticipado cuánto dinero voy a cobrar al inicio del mes y, por lo tanto, también sé cuánto dinero puedo asignar a cada área de mi economía.
Controla qué facturas están pendientes de cobro, y avisa a tus clientes si hay algún retraso en los pagos.
8. Piensa en grande
Si estás acostumbrado a vivir al día, este quizás sea el ajuste más complicado de llevar a cabo.
Identifica tus gastos anuales: alojamiento web, cuota de socio, seguro del coche, etc. Calcula su coste mensual equivalente. Y ahora, cada mes, reserva esa cantidad de dinero. Por ejemplo, si el alojamiento de tu web cuesta 120 € al año, reserva 10 € cada mes en un «sobre para gastos de web». De esta manera, cuando llegue el momento del pago, no tendrás que desembolsar todo el dinero de un golpe y el impacto en tus cuentas será menor.
9. Cambia tu forma de pensar
Mira a tu presupuesto desde otro punto de vista. Considéralo un amigo que te ayuda a organizar tus finanzas.
En lugar de pensar en el tiempo que pierdes al hacer un presupuesto, piensa en toda la seguridad y paz mental que te aporta. Un buen presupuesto te ayuda a tener más claro el futuro de tu negocio a medio y largo plazo, y eso, sin duda, es impagable.
10. Sigue intentándolo
Hacer un buen presupuesto necesita práctica. No lo vas a conseguir de la noche a la mañana. Y hacerlo a la perfección, puede que te lleve años.
Debes estar preparado para un largo proceso de prueba y error. Y no seas muy duro contigo mismo si los primeros meses nunca cumples con las previsiones. Revisa qué ha fallado, haz los ajustes pertinentes, y sigue intentándolo.
La palabra clave es: perseverancia. Y como autónomo, ya sabes de lo que estoy hablando 😉
Nota: En Quaderno nos encanta ofrecer información útil y buenas prácticas sobre impuestos y finanzas, pero no somos asesores fiscales certificados. Si tienes cualquier duda o pregunta, consulta con un asesor fiscal profesional o la propia Agencia Tributaria.